jueves, junio 02, 2011

La heroína inyectada podría asociarse con la progresión a cirrosis en personas coinfectadas por VIH y VHC

La heroína inyectada podría asociarse con la progresión a cirrosis en personas coinfectadas por VIH y VHC

No parece observarse un efecto similar con el tabaco, la marihuana o la cocaína administrada por vía intravenosa
Las personas coinfectadas por VIH y el virus de la hepatitis C (VHC), que son usuarias activas de heroína, tienen casi cuatro veces más probabilidades de desarrollar cirrosis hepática que los pacientes infectados por ambos virus que no consumen tal tipo de sustancia. Ésta es la conclusión a la que ha llegado un estudio canadiense, cuyos resultados fueron presentados ayer en el transcurso del VII Taller Internacional sobre Coinfección por VIH y Hepatitis, que se está celebrando durante estos días en Milán (Italia).
Aunque algunos ensayos transversales han sugerido que el tabaco podría relacionarse con la progresión de la fibrosis en pacientes monoinfectados por VHC, lo cierto es que la escasez de datos impide conocer, a ciencia cierta, si el tabaco o el cannabis desempeñan un papel importante en el avance de la enfermedad hepática.
Por lo que respecta a otras sustancias, los datos son todavía más limitados. Por ejemplo, ningún estudio hasta la fecha ha examinado el efecto de la heroína o la cocaína inyectadas sobre la progresión de la fibrosis, una posibilidad teórica que podría darse en tanto que ambas sustancias pueden provocar daño hepático como consecuencia del estrés oxidativo o de los contaminantes tóxicos incluidos en ellas.
Con el fin de arrojar un poco más de luz sobre esta cuestión, un grupo de investigadores canadiense evaluó, de forma prospectiva y cada seis meses, a una cohorte de pacientes coinfectados por VIH y VHC que no tenían ni fibrosis ni cirrosis en el momento de entrada al estudio. La fibrosis se midió a través del índice APRI, una prueba no invasiva que evalúa la presencia de fibrosis, y su progresión, a través del cálculo del cociente entre los niveles de aspartato aminotransferasa [AST] y los de plaquetas. Además, se recopiló en cada visita información sobre los hábitos relacionados con el tabaco, la marihuana, la cocaína y la heroína.
Por medio de análisis estadísticos, se examinó la asociación entre el uso actual de cada sustancia y el desarrollo de fibrosis hepática significativa (definida como dos puntuaciones APRI consecutivas iguales o superiores a 1,5), y de cirrosis (definida como dos puntuaciones APRI consecutivas iguales o superiores a 2). Asimismo, se realizaron ajustes por sexo, duración de la infección por VHC en el momento de inicio del estudio, consumo actual de alcohol y recuentos de células CD4, además de la utilización de cocaína y heroína inyectables para los análisis de fibrosis.
El estudio incluyó a un total de 725 participantes, un 72% de los cuales eran hombres, con un seguimiento que osciló entre 1 y 16 visitas (mediana de 3). A nivel basal, un 47% bebían alcohol, un 77% eran fumadores, un 52% fumaban marihuana, un 34% eran usuarios de cocaína inyectable y un 19%, de heroína por vía intravenosa. La mediana de edad, del recuento de células CD4, de la carga viral del VIH y de la duración de la infección por VHC fue de 44 años, de 390 células/mm3, de <50 copias/mL, y de 18 años, respectivamente.
Los resultados muestran que se produjeron 34 casos de fibrosis y 17 de cirrosis. Tras tener en cuenta varios posibles factores de confusión, los autores del estudio hallaron que el efecto de consumir las sustancias analizadas sobre la progresión de la fibrosis generaba los siguientes cocientes de riesgo: 1,40 con el tabaco (intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 0,52-3,75); 0,60 con la marihuana (IC50%: 0,30-1,18); 1,71 con la cocaína inyectada (IC50%: 0,81-3,62), y 2,07 con la heroína inyectada (IC50%: 0,74-5,77). En lo se refiere al efecto de las sustancias sobre la progresión a cirrosis, se observaron los siguientes cocientes de riesgo: 2,46 con el tabaco (IC95%: 0,56-10,75); 0,42 con la marihuana (IC50%: 0,15-1,15); 1,44 con la cocaína inyectada (IC50%: 0,51-4,11), y 3,98 con la heroína inyectada (IC50%: 1,05-15,05).
Los expertos señalan que, usando un criterio de definición de fibrosis y cirrosis menos estricto (primera aparición de una puntuación APRI ≥1 y 2, respectivamente), los resultados no variaron de forma significativa, y que incluso se incrementó la precisión del análisis como consecuencia de una mayor presencia de casos de fibrosis (n= 96) y de cirrosis (n= 66).
En sus conclusiones, el equipo de investigadores canadiense subraya que, en su estudio, las personas coinfectadas por VIH y VHC usuarias de heroína inyectada tuvieron un riesgo casi cuatro veces mayor de desarrollar cirrosis que los pacientes también coinfectados pero que no utilizan este tipo de droga. Por otra parte, indican que la asociación entre el tabaco, la marihuana y la cocaína inyectada y la progresión a fibrosis o cirrosis no se mostró estadísticamente significativa. 
El hallazgo de este ensayo plantea importantes cuestiones sobre el consumo activo de sustancias y la progresión de la enfermedad hepática en personas coinfectadas, como por ejemplo, el papel que puede desempeñar la dosis o el policonsumo, que requerirán explorarse en futuros ensayos.
Fuente: web de GTt (grupo de tratamientos de VIH)
Referencia: Brunet L, Rollet K, Moodie E, et al. Heroin use in associated with progression to cirrosis in HIV-HCV co-infected patients. 7th International Workshop on HIV & Hepatitis Co-infection. 1-3 June 2011, Milan, Italy. Abstract O_03.

0 comentarios:

Publicar un comentario