viernes, marzo 09, 2012

XIX Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas. Información vía gTt

CROI 2012

 Esta información está extraída integramente de la página web de nuestrxs compañerxs de gTt (grupo de tratamientos del VIH. ONG de la ciudad de Barcelona). Se encuentran cubriendo las noticias en el CROI que trasladan, mediante resúmenes a su web.

¿Qué es la CROI? La Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas (CROI) es uno de los principales encuentros anuales en el ámbito del VIH. La conferencia tiene como objetivo ofrecer a científicos y médicos la oportunidad de compartir sus investigaciones para que el trabajo efectuado en la práctica clínica y en los laboratorios se pueda aprovechar para realizar progresos en todo el mundo. La conferencia tiene previsto cubrir numerosos temas. Así, se han enviado presentaciones sobre aspectos relacionados con el VIH tan amplios como la inmunología, la prevención, la transmisión, el tratamiento y las coinfecciones por otros virus.


Boletín especial de NAM con motivo de la edición de 2012 de la CROI (Seattle, EE UU).
Miércoles, 7 de marzo de 2012

Profilaxis preexposición: Adhesión

 

En la conferencia se presentaron más datos procedentes de dos ensayos sobre PPrE (que consiste en la administración de fármacos antirretrovirales a personas sin VIH para evitar la infección) que el año pasado hicieron públicos unos hallazgos drásticamente distintos entre sí.
En el estudio FEM-PrEP se había descubierto que la administración oral de Truvada® (un comprimido que contiene una combinación de los antirretrovirales tenofovir y emtricitabina [FTC]) a la población femenina sin VIH para prevenir la infección resultó completamente ineficaz, al no encontrarse ninguna diferencia en la incidencia del virus entre las mujeres que tomaron el fármaco y las que recibieron un placebo.
A pesar de que las participantes afirmaron haber tomado los comprimidos el 95% de las ocasiones en que correspondía y que el recuento de pastillas apuntaba a una adhesión del 85%, el análisis de las muestras de sangre arrojó un resultado distinto por completo. Entre las mujeres que tomaron Truvada® y no se infectaron, el 38% presentaba un nivel detectable de fármacos en sangre, mientras que este porcentaje se redujo al 21% entre las que adquirieron el virus.
Por el contrario, el estudio Partners PrEP había ofrecido unos resultados mucho mejores, al descubrirse que Truvada® tuvo una eficacia del 73% a la hora de prevenir la transmisión del VIH entre parejas heterosexuales de distinto estado serológico (serodiscordantes).
Los nuevos datos disponibles de este ensayo evidencian que entre el grupo de personas que no se infectó, el 82% mostraba unos niveles detectables de fármaco en sangre, mientras que sólo el 30% de las personas que sí se infectaron tenían concentraciones detectables de los antirretrovirales.
Se cree que existen importantes diferencias en las poblaciones participantes en estos dos ensayos y que los factores sociales pueden influir sobre el nivel de adhesión. Todos los hombres y mujeres participantes en el estudio Partners PrEP se encontraban en una relación estable con una persona de un estado serológico diferente al suyo y la calidad de dicha relación afectó al grado de adhesión a la profilaxis.
En cambio, las mujeres que tomaron parte en el FEM-PrEP eran mucho más jóvenes y, por lo general, no mantenían relaciones estables. Las mujeres no siempre se percibían a sí mismas como en una situación de alto riesgo de adquirir el VIH, a pesar de las elevadas tasas de infección presentes en sus comunidades. Aunque muchas afirmaron que estaban tomando anticonceptivos orales, las tasas de embarazo fueron elevadas, lo que sugiere un escaso nivel de adhesión también a esas píldoras.

Profilaxis preexposición: Menor frecuencia de dosificación

 

En el ensayo iPrEx se pidió a una población de hombres gais en situación de riesgo de adquirir el VIH que tomaran, de forma diaria, un comprimido de Truvada® (una combinación de los antirretrovirales tenofovir y FTC) o un placebo. Sin embargo, al igual que sucedió en otros estudios, una escasa minoría de los participantes realmente tomaron sus pastillas tal y como fueron pautadas, siete días a la semana.
Para este nuevo análisis, se examinaron los niveles de fármacos en las muestras de sangre almacenadas, tanto de los participantes que se infectaron como de los que no. Además, se compararon los resultados con los datos de otro estudio en el que se identificaron las concentraciones típicas de fármaco cuando se había tomado tenofovir dos, cuatro o siete veces a la semana. Estos datos se emplearon para determinar qué niveles de medicamento ofrecen protección frente a la infección.
Se calculó que los participantes en el ensayo que adquirieron el virus habían tomado menos de una dosis de tenofovir a la semana. En promedio, las personas que no se infectaron habían recibido unas tres dosis semanales.
Se determinó que la toma de cuatro dosis a la semana de tenofovir redujo el riesgo de infección en aproximadamente el 96%.
Se trata de un estudio exploratorio que presenta algunas limitaciones de importancia, pero sugiere que cuatro dosis de PPrE a la semana podrían ser suficientes para prevenir la infección.
Otro estudio presentado durante la conferencia suscitó la esperanza de que una inyección mensual podría servir como PPrE. En esta investigación preliminar, un total de 27 personas sin VIH recibieron una única inyección con el fármaco rilpivirina. Este inhibidor de la transcriptasa inversa no análogo de nucleósido (ITINN) resulta especialmente adecuado para ser utilizado como una formulación inyectable de larga duración, ya que la dosis diaria del fármaco necesaria para suprimir el VIH es muy pequeña.
A lo largo de doce semanas, se midieron los niveles de fármaco en sangre, fluido vaginal, tejido vaginal, fluido rectal y tejido rectal. Se cree que las concentraciones observadas son adecuadas para prevenir la infección por VIH.
Se registraron muy pocos efectos secundarios aparte de sensibilidad e hinchazón en el punto de inyección.
Será preciso llevar a cabo más estudios de seguridad y de niveles de fármaco antes de que se pueda probar su eficacia en la prevención de la infección por VIH.

Anticoncepción hormonal

 

En estudios anteriores sobre este tema se habían obtenido hallazgos contradictorios, lo que llevó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a concluir que los datos no eran lo suficientemente concluyentes como para sugerir la implementación de restricciones en el uso de los anticonceptivos hormonales. Sin embargo, a las mujeres que utilizan inyecciones sólo de progestágenos se les recomienda emplear también preservativos masculinos o femeninos, es decir, que usen una ‘protección dual’.
Un nuevo estudio observacional ha comparado las tasas de infección por VIH entre las mujeres que emplean distintos métodos anticonceptivos. No se observó ningún aumento del riesgo con ningún tipo de pastilla contraceptiva.
Los resultados de los anticonceptivos hormonales inyectables dependieron de la técnica de análisis estadístico utilizada. Así, mientras que un análisis detectó la existencia de un mayor riesgo de infección, éste no se apreció con otros métodos.
Es poco probable que los nuevos datos se consideren lo suficientemente sólidos como para justificar un cambio en las recomendaciones de la OMS, aunque harán un poco más compleja la tarea de informar sobre la seguridad de los métodos anticonceptivos hormonales, en especial para las mujeres en entornos donde el riesgo de infección por VIH es elevado. Los comunicados tienen que dejar claro los otros numerosos beneficios que ofrecen los anticonceptivos para la salud materna e infantil.
En otro estudio se examinó si las mujeres con VIH que toman anticonceptivos hormonales presentan diferencias en las tasas de progresión de la infección en comparación con otras mujeres también seropositivas. Estos resultados fueron alentadores: las mujeres que emplearon los anticonceptivos fueron un 25% menos propensas a sufrir una progresión grave de la infección que las no usuarias de estos métodos hormonales.

Tratamiento de la hepatitis C

       

El pasado año, se aprobaron nuevos fármacos para tratar la hepatitis C en personas monoinfectadas por dicho virus hepático, que han abierto una nueva era en el tratamiento de esta infección. Los inhibidores de la proteasa telaprevir (Incivo®, Incivek) y boceprevir (Victrelis®) deben utilizarse en combinación con interferón pegilado y ribavirina (el tratamiento estándar).
Las personas coinfectadas por VIH y VHC necesitan con urgencia disponer de mejores opciones terapéuticas; en la conferencia, se hicieron públicos datos procedentes de dos estudios actualmente en curso. En ambos casos, los participantes presentaban el genotipo 1 del VHC, que es difícil de tratar.
Cada estudio añadió uno de los nuevos fármacos (o un placebo) al tratamiento estándar, con una duración total de la terapia de 48 semanas. Se midieron las tasas de respuesta virológica sostenida (niveles indetectables de carga viral del VHC, lo que se considera una cura de la infección) doce semanas después de finalizar el tratamiento.
El estudio que empleó telaprevir descubrió que el 74% de las personas presentaban una respuesta virológica sostenida, frente al 45% de las que sólo tomaron el tratamiento estándar.
El ensayo con boceprevir reveló que el 61% de los participantes mostraron una respuesta virológica sostenida, frente al 27% de los que únicamente siguieron la terapia estándar.
No obstante, el uso de los fármacos adicionales aumentó el número de efectos secundarios experimentados.
A pesar de que los datos proceden de unos ensayos de fase II de pequeño tamaño y de que será necesario investigar más, los investigadores afirman que los hallazgos resultan muy alentadores y sugieren que la terapia triple consistente en un inhibidor de la proteasa, interferón pegilado y ribavirina, puede constituir una opción importante para las personas coinfectadas.


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